CÓDIGO DEONTOLÓGICO

Ser socialmente responsables significa “no sólo satisfacer en pleno las obligaciones jurídicas aplicables sino ir más allá invirtiendo más en capital humano, en el entorno y en las relaciones con las demás partes”.

Una empresa que adopta un comportamiento socialmente responsable, monitorando y contestando a las expectativas económicas, ambientales, sociales de todos los interesados (stakeholders) coge también el objetivo de conseguir una ventaja competitiva y a maximizar los útiles de largo plazo. De hecho un producto no se aprecia solamente por las características que lo califican exteriormente o funcionalmente, su valor es estimado por las características que no son materiales, los servicios de asistencia y personalizados, la imagen y, en fin, la historia del mismo producto.

Resulta evidente como el empeño “ético” de una empresa sea entrado directamente en la cadena del valor planteando así el uso de nuevos recurridos y levas competitivas coherentes con un desarrollo sostenible por la colectividad. En el interior del mercado global y local las empresas son entidades que viven y actúan en un tejido social que comprende sujetos diferentes entre los que destaca una sociedad civil muy atenta a el operado empresarial.

El impacto social y ambiental de la empresa tiene que ser positivo.

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